Dime, ¿cómo te encuentras?,
seguramente sigues viviendo dentro de tu propio infierno.
Sí, aún te veo sentado en esa roca,
disfrutando a cada segundo de las magulladuras;
esas que te provocan tus propias venas.
Y a pesar del dolor que te corroe
sigues conservando esa sonrisa presuntuosa...
y denigrante.
Anhelas con toda el alma
disfrutar de tu propio humor negro.
¿Es posible buscar una risa dentro de la tortura?;
ahora lo sé, tú me lo has confirmado,
tus ojos lloran sangre, pero tus dientes se pueden apreciar
y es debido a tu intento de sonrisa jocosa.
Sin importar cuanto tiempo transcurra,
cuantas veces los años se lleven mi juventud;
sigues en la misma roca, en la misma posición
llenando, de forma moribunda,
el único cuadro olvidado dentro de mi habitación.
seguramente sigues viviendo dentro de tu propio infierno.
Sí, aún te veo sentado en esa roca,
disfrutando a cada segundo de las magulladuras;
esas que te provocan tus propias venas.
Y a pesar del dolor que te corroe
sigues conservando esa sonrisa presuntuosa...
y denigrante.
Anhelas con toda el alma
disfrutar de tu propio humor negro.
¿Es posible buscar una risa dentro de la tortura?;
ahora lo sé, tú me lo has confirmado,
tus ojos lloran sangre, pero tus dientes se pueden apreciar
y es debido a tu intento de sonrisa jocosa.
Sin importar cuanto tiempo transcurra,
cuantas veces los años se lleven mi juventud;
sigues en la misma roca, en la misma posición
llenando, de forma moribunda,
el único cuadro olvidado dentro de mi habitación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario